sábado, 12 de junio de 2010

por divino influjo nos juntamos peor calaña
una a una, como en reverencia, se torcían las farolas
ella era la diosa de los vicios
y yo era un gramo de su droga
éramos dos tacones hundidos en tierra santa
a un lado la avalancha, al otro el desfiladero
los aviones nos gritaban desde el cielo
tú pedías otra y yo besaba el suelo
ultima parada,
dos peces nadaban en su acuario

1 comentario: